Un mundo para Julius



 

Un mundo para Julius

 

Julius nació en un palacio de la avenida Salaverry, frente al antiguo hipódromo de san Felipe; un palacio con cocheras, jardines, pequeño huerto donde a los dos años se perdía y lo encontraban siempre parado de espaldas, mirando, una flor; con departamentos para la servidumbre, un lunar de carne en el rostro más bello, hasta con una carroza que usó tu bisabuelo, Julius, cuando era Presidente de la República, ¡cuidado!, no la toques, está llena de telarañas, y él, de espaldas a su mamá, que era linda, tratando de alcanzar la manija de la puerta. La carroza y la sección servidumbre ejercieron siempre una extraña fascinación sobre Julius, la fascinación de " no lo toques, amor, por ahí no se va, darling". Ya entonces su padre había muerto.
Su padre murió cuando el tenía un año y medio. Hacía unos meses que Julius iba de un lado para otro del palacio, caminando y solito cada vez que podía. Se escapaba hacia la sección servidumbre del palacio que era, ya lo hemos dicho, como un lunar de carne en el rostro más bello, una lástima pero aún no se atrevía a entrar por ahí.

Fragmento, Un muno para Julius, Alfredo Bryce Echenique

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